Hoy mi madre me sacó fotos de mi infancia, mi primera vela
soplada, mi primer baño con mi hermano entre patitos ( creo con firme
convicción que todos tuvimos un patito amarillo y un pollito de mercadillo de
colores) La primera escapada al mar (con nuestro padre cargado con rastrillo, cubo,flotadores de manguitos y circulares con forma de tortuga, sombrilla de propaganda de cocacola y la nevera azul que era la mejor) , otra regando las plantas con una mini
regadera (no se salvaban ni los cáptus) otra con mi hermano vestidos de “Extremeños” en la romería de nuestro
pueblo en la cuál estaba mellada y me parecía enormemente “al Pocí”…en ese
momento me vine arriba y busqué fotos de la pre-adolescencia, y recordé aquella
época en la resurgió mi parte más guerrera, yo contra el mundo, con la típica
frase hecha de “ Pues me voy de casa” que implicaba irme a casa de mi mejor
amiga y aparecer a las tres horas con cara de “os he hecho un favor, sé que no
podéis vivir sin mí” y mi madre en ese caso ni siquiera había visto mi carta de
despedida sobre su cabecero de la cama, porque estaba haciendo sus geniales San
Jacobos para cenar, doy gracias a Dios por haber aparecido antes de las 21horas, sino
me hubiera perdonado perderme esa delicia casera maternal al paladar. Me fugaba
como buena Escolapina caída en Instituto Público para irme a jugar a la
cuatrola o de visita a los amigos de otro instituto, y en los recreos compraba un cigarro
suelto que apurábamos entre cuatro y un chicle Clix de menta para que mi padre
no me oliera luego a tabaco rubio. Lo normal vamos, una adolescente de
enciclopedia.
Primero me negaba en rotundo y luego consultaba de que
estábamos hablando, aún hoy sigo haciéndolo a veces,por eso de ser cabezona y
crear polémica, el mundo estaba fatal ante mis ojos y pensaba que nuestra
generación podría arreglarlo y no era consciente de que mis padres sólo intentaban trazarme un mapa con todos los peajes que me encontraría en el camino de la vida porque evidentemente ellos ya habían pagado por cruzarlos…Buscaba un motivo para renegar, ahora que he
crecido aunque conserve una parte de esa bravura juvenil, supongo me he vuelto
mas conformista y he de reconocer que encuentro la alegría en cosas tan simples
como poder ver esas fotos y saber que lo he vivido, y que no me cargué a mis
padres y a mi hermano pequeño de un susto en uno de esos arranques de escape, en una canción que me
transporte a otro lugar, en una sonrisa de mi sobrino postizo cuando le doy su kinder sorpresa , en un mensaje de
buenos días que no espero, en la ilusión que deposito en el último día de
invierno que me devolverá el sol, en una sopa de letras ( y más si consigo
crear mi nombre, creo que esa parte infantil la conservamos todos ), en una
ducha después de una clase de spinning, en pelearme con mi hermano por los mejillones tigres en nochebuena, en el primer baño en el mar de cada
temporada, en una caña en un jueves como hoy con mis amigas que adelanta el fin
de,en comenzar un libro nuevo, en tener a las personas que quiero cerca, en los domingos en los que no
tengo que quitarme el pijama hasta la hora que yo marque, en los ataques de
risa, en esos recuerdos de antaño que me hacen volver atrás y en la suerte de que
sea mi madre, esa señora con una cana por cada día que me ha regalado que se desvive por mi la que me muestre esas fotos con el calor del brasero y su cariño un
día como hoy, un día cualquiera, 26 de noviembre…Feliz jueves..

