Y es que yo lo que no quiero es perderme momentos, y cada
vez soy mas consciente de eso de que la vida pasa, este fin de semana fui a
visitar a mis abuelos a Ciudad Rodrigo, nunca os hablo de mi vida, tengo la
suerte de conservar un legado de mi padre, Doña Lolita y Don Antonio, hasta
hace 3 meses ambos tenían una salud de hierro a pesar de sus mas de 85 años, la
suerte cambió y mi abuelo se rompió la cadera, ahora vive en un hospital donde
hace rehabilitación y recibe todos los cuidados, el sábado cuando lo ví tuve
por segunda vez en mi vida mas claro que nunca que un día nos despertamos y lo
que conocemos ya no está o ha cambiado, ese Don Antonio dicharachero, de humor
inteligente que siempre cruzaba sus piernas al sentarse en el sofá a leer el
periódico, que recordaba cada pueblo de Castilla en el cuál impartió clase es
ahora un señor de corazón cansado y ojos tristes que se deja llevar por lo que
la vida le disponga, un niño con calzado de hombre por todo el camino que lleva
andado, a ratos muestra su lucidez y te cuenta el lugar al que iba a pescar de
pequeño a través de la ventana del hospital y dormita durante los 45 minutos
que dura la misa que imparten en una estancia de la misma residencia,
despertando solo para dar…dar la paz en este caso, siempre fue un experto en
eso de dar, dio a su mujer la vida mas bonita que tuvo en su mano y a sus 6
hijos una educación cargada de principios y humildad, de dar todo lo que tienen
y esforzarse en hacer feliz a las personas de su vida, maestro de la vieja
escuela en las aulas y en su casa…Nunca sabrá que su bondad atraviesa paredes
de hormigón,ni que si se viera con mis ojos descubriría lo grande y admirable
que me resulta.Eso de que hay que perder para ganar es una mentira que odio, lo
único que ganamos cuando perdemos es el vacío que deja, y yo siento que he
perdido muchos momentos con la gente que quiero y eso es algo que nunca se
recupera…
Vivimos para sumar, nacemos y sumamos uno mas en la familia,
luego te unes a un grupo, colegio, amigos, equipo…sumas, te casas, sumas,
tienes hijos sumas, y de repente va la vida y dice que tienes que aprender a
restar, y te quitan a alguien o te quitan algo, en este caso la capacidad de
caminar, y nadie se da cuenta que el es de letras, y yo que llevo sus genes
también, que el fue quien me regaló mi primer libro (Platero y yo) que aún
recito de memoria….que no queremos sumas, ni restas ni algoritmos…Y descubres
que el tiempo nunca se para, que es imposible detenerlo y que es lo mas
importante que tenemos, a pesar de mi cráter de impotencia porque sé que me
queda abuelo para rato pero el nunca será el mismo, he decidido que me niego a
ganar para luego perder, y os invito a invertir vuestro tiempo en las cosas o
mejor personas que realmente importan, es lo que al final nos quedará, al
diablo con las banalidades y dramatismos, tenemos la suerte de tomarnos el
pulso cada mañana, comienza por decidir que es lo realmente importante, cuida
todo lo que tienes, aunque no tengas todo lo que quieres, valora por ello el
doble lo firme…haz que valga la alegría.
Es curioso que de niños fuera prohibido meter los dedos en
el enchufe y de mayores la vida te suelte esos calambrazos, que te obligaran a
irte a la cama a las diez y media para dormir tus ochos horas y hoy nos arrebaten
los sueños, nos enseñaran a construir nuestras alas para
hoy darte cuenta que el lugar donde eres feliz es aquel donde tienes tus
mejores recuerdos…
Hoy escribo en modo bomba de relojería, y es lo que hay,
detesto que llegue el frío, que se acerque la navidad, que haya gente que falte
en mi mesa, porque sin avisar me la restaron, y que mi abuelo no pueda andar …que
haya dejado de decidir donde quiere ir….y haberme dado cuenta que UNA VIDA
NUNCA ES SUFICIENTE.

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