martes, 17 de noviembre de 2015

LO QUE APRENDÍ EL SÁBADO...UNA VIDA NUNCA ES SUFICIENTE

Y es que yo lo que no quiero es perderme momentos, y cada vez soy mas consciente de eso de que la vida pasa, este fin de semana fui a visitar a mis abuelos a Ciudad Rodrigo, nunca os hablo de mi vida, tengo la suerte de conservar un legado de mi padre, Doña Lolita y Don Antonio, hasta hace 3 meses ambos tenían una salud de hierro a pesar de sus mas de 85 años, la suerte cambió y mi abuelo se rompió la cadera, ahora vive en un hospital donde hace rehabilitación y recibe todos los cuidados, el sábado cuando lo ví tuve por segunda vez en mi vida mas claro que nunca que un día nos despertamos y lo que conocemos ya no está o ha cambiado, ese Don Antonio dicharachero, de humor inteligente que siempre cruzaba sus piernas al sentarse en el sofá a leer el periódico, que recordaba cada pueblo de Castilla en el cuál impartió clase es ahora un señor de corazón cansado y ojos tristes que se deja llevar por lo que la vida le disponga, un niño con calzado de hombre por todo el camino que lleva andado, a ratos muestra su lucidez y te cuenta el lugar al que iba a pescar de pequeño a través de la ventana del hospital y dormita durante los 45 minutos que dura la misa que imparten en una estancia de la misma residencia, despertando solo para dar…dar la paz en este caso, siempre fue un experto en eso de dar, dio a su mujer la vida mas bonita que tuvo en su mano y a sus 6 hijos una educación cargada de principios y humildad, de dar todo lo que tienen y esforzarse en hacer feliz a las personas de su vida, maestro de la vieja escuela en las aulas y en su casa…Nunca sabrá que su bondad atraviesa paredes de hormigón,ni que si se viera con mis ojos descubriría lo grande y admirable que me resulta.Eso de que hay que perder para ganar es una mentira que odio, lo único que ganamos cuando perdemos es el vacío que deja, y yo siento que he perdido muchos momentos con la gente que quiero y eso es algo que nunca se recupera…

Vivimos para sumar, nacemos y sumamos uno mas en la familia, luego te unes a un grupo, colegio, amigos, equipo…sumas, te casas, sumas, tienes hijos sumas, y de repente va la vida y dice que tienes que aprender a restar, y te quitan a alguien o te quitan algo, en este caso la capacidad de caminar, y nadie se da cuenta que el es de letras, y yo que llevo sus genes también, que el fue quien me regaló mi primer libro (Platero y yo) que aún recito de memoria….que no queremos sumas, ni restas ni algoritmos…Y descubres que el tiempo nunca se para, que es imposible detenerlo y que es lo mas importante que tenemos, a pesar de mi cráter de impotencia porque sé que me queda abuelo para rato pero el nunca será el mismo, he decidido que me niego a ganar para luego perder, y os invito a invertir vuestro tiempo en las cosas o mejor personas que realmente importan, es lo que al final nos quedará, al diablo con las banalidades y dramatismos, tenemos la suerte de tomarnos el pulso cada mañana, comienza por decidir que es lo realmente importante, cuida todo lo que tienes, aunque no tengas todo lo que quieres, valora por ello el doble lo firme…haz que valga la alegría.

Es curioso que de niños fuera prohibido meter los dedos en el enchufe y de mayores la vida te suelte esos calambrazos, que te obligaran a irte a la cama a las diez y media para dormir tus ochos horas y hoy nos arrebaten  los sueños,  nos enseñaran a construir nuestras alas para hoy darte cuenta que el lugar donde eres feliz es aquel donde tienes tus mejores recuerdos…


Hoy escribo en modo bomba de relojería, y es lo que hay, detesto que llegue el frío, que se acerque la navidad, que haya gente que falte en mi mesa, porque sin avisar me la restaron, y que mi abuelo no pueda andar …que haya dejado de decidir donde quiere ir….y haberme dado cuenta que UNA VIDA NUNCA ES SUFICIENTE.

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