Somos helados con sabor a vainilla y chocolate, rubia y morena, la calma y el caos, hablo de Gloria, ella es mi mejor amiga, a veces casi más, una hermana..Es sin lugar a dudas mi orgullo y un claro modelo a seguir, ¿quién nos lo iba a decir cuándo nos conocimos en el instituto? Hoy ella es confianza, alegrías memorables y empujones oportunos y necesarios. Es mostrar a otra persona tus puntos fuertes y los débiles y saber que nunca los utilizaría en tu contra, es regalar una terapia de choque más válida que la de los psicólogos, es el café que te hace despertar y aclararte mas que las bicas portuguesas, es saber que alguien te va a decir Basta cuando nadie mas se atreva, es una lucha a dos contra viento y marea cuando nadie mas lo entendería.
Ella sabe utilizar los filtros necesarios para darte una verdad sin que duela,te regala su tiempo, su espacio y comparte su familia contigo, su arroz al horno es el mejor que probaríais sobre la faz de la tierra.
Ella se preocupa por si llegaste bien a casa y te llama al trabajo a las nueve de la mañana solo para dedicarte un- buenos días, como estás?- porque sabe que eres un desastre con el móvil y nunca lo coges, ya sea ella, tu abuela o rita la cantaora.
Ella es la que le enseña cada dos días a su hijo ( tu sobrino postizo) una foto tuya, para que no olvide tu nombre cuando no puedes ir a verlo, o te lo pasa al teléfono, para que te diga- "hola,tita pamy"-., ella te eligió para que firmaras con tu presencia el día mas importante de su vida, a pesar de que llorarías a lágrima viva y la liarías un poco parda en la fiesta ( no todos los días se casa tu mejor amiga ).
La decisión de que sea ella tu helado de vainilla, no es una casualidad sino resultado de la mas grande de las estrategias que cuidamos durante años porque ya que estamos en ellos los vivimos al máximo, desde la edad del pavo, hasta las experiencias de la juventud pasando por la madurez obligada por alguna sorpresa desagradable de la vida,compartimos despedidas y bienvenidas a la vida, nunca mejor dicho sonrisas y lágrimas, comprendimos el sentido de que la vida son dos días, y aprendimos a estirarla hasta tres, así aprendimos a vencer y crecer.
Ella es la que se interesa por el estado de tu familia, y no como algo políticamente correcto, sino con eso que tenemos entre el pecho y la espalda, por tu trabajo, y si le dices que tienes un día malo te llama 234 veces hasta que le dices que te encuentras mejor y aceptas mover el culo a tomarte una caña en bar de su barrio, en realidad intuye lo que te ocurre antes de que articules palabra porque conoce cada una de tus risas y también cada gesto.
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