lunes, 6 de julio de 2015

Y DE REPENTE...JUNIO!

Y de repente…junio! No era consciente de que nos habíamos comido casi medio año! Suena el toc-toc a la puerta de la alerta y te preguntas como pasaron volando 5 meses desde aquella noche en que con las uvas deseaste ¾ de felicidad y ración y media de salud para los tuyos…y compras un billete de regreso a 6 meses atrás y ver que pasó en el resto de días hasta hoy, 6 de mayo…es el momento de buscar..y encontrar! Enero mes de los buenos propósitos te dio la fuerza que dan los comienzos, el mejor regalo de Reyes fue un nuevo “almanaque” en blanco con 365 días que garabatear, ¿hay algo mejor que te regalen tiempo?
 Por supuesto… voy a obviar lo de dejar de fumar, lo he dado por imposible…es uno de esos placeres que ( por ahora ) me niego a abandonar. Ese mes hice zumo…exprimí la lista de asuntos pendientes, aquello en lo que me apetecía dedicar tiempo y de paso me matriculé de nuevo en inglés, leí un libro un tanto malo que me hizo valorar más el siguiente que fue “muymuymuy” bueno, cumplí con los días de lluvia-frío-sofá y manta, quizá por eso esté disfrutando tanto los grandes rayos de sol que nos dejó ya mayo, por supuesto caí, me equivoqué, arriesgué y algún proyecto no me salió tan bien como esperaba pero alguien me extendió una tirita y comprendí que lo peor era decepcionarme a mi misma, que los tropiezos te ayudan a tener la experiencia  para seguir subiendo peldaños, que no se puede agradar a todo el mundo, y que el “empiezo-por-mi” muchas veces es necesario, al fin y al cabo tu mismo serás tu mejor juez.
Me volví a enamorar…. de un lugar que ya conocía, y conocí uno nuevo haciéndolo un poco mío paseando por sus calles y probando su gastronomía  para tener con que compararlo, incluso le cogí la alegría de perderse en el camino, cuando el gps se vuelve loco y te lleva por otra dirección y somos tan tontos de enfadarnos, en vez de disfrutar del lugar desconocido o el paisaje donde nos hizo aparecer.
Tomé café al menos un día a la semana en la cafetería de siempre que sirvió de excusa para ver a alguna persona que quiero y que me contaras tu semana, lo cotidiano no deja de ser excepcional.
Disfruté de los sábados en los que olvidaba apagar el despertador y era un placer retar al ring-ring apagándolo, sonriendo y dándome la vuelta en la cama regalándome otra horita de sueño.
Aprendí a relativizar, a no excesiva importancia a nada, todo son pruebas, todo son retos de inteligencia emocional y al final nada es lo suficientemente importante para arruinar un solo amanecer.
Me obligué a sacar tiempo para hacer una llamada a esas personas que llevo cada día en mi pensamiento pero que al final el día no te da horas para dedicarles un cómo estás y que seguramente sean los que mas lo merecen, mis abuelos por ejemplo.
Descubrí que un día malo lo tiene cualquiera, el truco de magia está en conseguir que no se convierta en un hábito, y hay siempre una razón al menos al día para sonreír, incluso a quienes no nos devuelven la sonrisa, como leí una vez, ellos son quienes mas lo necesitan.
Fui depositaria de varios secretos, de varias confesiones y conocí y desconocí personas, pero a partes iguales aprendí algo de ellas.
Mi sobrino postizo me sorprendió pronunciando los colores y los números en inglés, me regaló un abrazo de los de verdad en cada visita y me demostró que un huevo Kinder puede ser el mayor de los tesoros.
Disfruté la satisfacción de perderme un ratito…conmigo misma, y conversar con esa yo interna que nunca escucho realmente, a veces estamos tan preocupados por agradar al resto del mundo que nos olvidamos de mimarnos un poquito.
Recordé, personas, lugares, consejos, sabores, aromas, sonrisas, palabras, miradas, como dice el gran Jean Paul “ el recuerdo es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados”.


En fin, que el tiempo si pasa rápido, pero si le prestamos verdadera atención nos enseña que cada segundo no es en valde,ahora vamos a disfrutar de lo que queda del 13 y a disfrutar la alegría de seguir cumpliendo días…y sueños.

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